La verdad es que no la había prestado mayor bola a los anuncios publicitarios de DC Legacies. Claro, me llamó la atención en algún momento sus autores pero no fue hasta que profundicé acerca de verdadera naturaleza de esta saga es que se me despertó el apetito.¿Y porqué? Ni más ni menos, Len Wein se lanza a la tarea de contar una retrospectiva del Universo DC desde la Edad de Oro hasta la “Cuenta Atrás a Crisis Infinita”. Sin embargo, el enfoque narrativo escogido no tiene nada de original, hay que decirlo. Ya lo vimos en Marvels, puesto que el enfoque está dado por el “ciudadano común” o el hombre ordinario que asiste al amanecer y desarrollo de la era superheroica. No me cabe duda que sería una obra más potente si la hubiera ilustrado Alex Ross, pero bueno.
La saga parte cuando nuestro narrador cuenta cómo su vida se vio conectada con el amanecer de los héroes justicieros, ya que conoce de un modo peligroso al Crimson Avenger, que según entiendo fue el primer vigilante del Universo DC. Más tarde, aparecen los “Mistery Men”, la que después será conocida como la Justice Society of America. Acá, de nuevo el relator relata cómo conoció a Sandman y al Atom, los originales, por supuesto. No cabe duda que el fantasma “Marvels” aparece a cada rato.
Y no puedo negar que también hay harta influencia de Watchmen, en el sentido realista y citadino de la historia. Fue como leer de forma ilustrada “Bajo la Máscara” (complementos de los primeros números de esa saga), cuando el primer Búho Nocturno contaba el surgir de los superhéroes con Justicia Encapuchada. Y por eso, este primer número resulta ser una gozada y que lamentablemente se va rápido. El complemento también es muy bueno, centrado en Doctor Fate y The Spectre, dos héroes de naturaleza sobrenatural y que es abordado del mismo modo: el ciudadano común, que analizan las apariciones de estos personajes y cómo racionalizan su existencia. Muy interesante.
La parte gráfica también es un detalle no menor que aporta peso a la narración, ya que la ambientación de época queda muy logrado. Dibuja Andy Kubert con las tintas de ni más no menos que su papá, el legendario Joe Kubert. Esta saga queda muy recomendada porque es un placer hacer un poco de escarbar en los orígenes de mi universo superheroico favorito y contado y dibujado con un excelente nivel de calidad. Buena manera de celebrar 75 años.
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