lunes, 8 de febrero de 2010

RETRO REVIEW: ARMAGEDDON 2001

Una de las cosas choras que tiene esto del cómic es que puedes llevarte algunas gratas sorpresas cuando tomas algo del estante y te lo relees. Está claro que los cambios de casa son una buena oportunidad para esto.

Revisando por aquí y por allá, me di la tarea de releerme Armageddon 2001, la megasaga DC que publicó Editorial Zinco a comienzos de los noventa. La premisa era muy interesante: desde el año 2001, un dictador llamado Monarch (Monarca) controla el mundo y lo tiene convertido en un estado totalitario, donde las libertades de los hombres han sido suprimidas y donde no existen los superhéroes.

Al entrar en la historia de Matthew Rider, nos enteramos que Monarca fue un superhéroe que en algún momento se vielve “maligno”, destuye al resto de sus compañeros de aventuras y modela el mundo a su antojo.

La DC jugaba con un elemento muy atrayente. Este Monarca era uno de los héroes del presente. ¿Quién sería? Rider logra convertirse en el conejillo de indias de un experimento del gobernante mundial, y logra entrar en la corriente del tiempo. La jugada de Rider, ahora convertido en Waverider, es viajar al Universo DC del año 1991 averiguar cuál héroe sería el que se convertiría en Monarca, y destruirlo, para que su futuro no sucediera, sí, tal como los Días del Futuro Pasado de los X Men marvelianos… hay que decirlo, o sea, volvamos al pasado y corrijamos las cosas para que no ocurran nunca.

Zinco apostó por sacarla de un tirón ya que no efue publicada en USA de manera típica. Armageddon se armó en base a dos especiales y los anuales de ese año. En cada número asistimos a los posibles futuros de Superman, Batman, Flash, las Liga de la Justicia América y Europa (las de Giffen), Hawk and Dove, Hawkworld (o sea Hawkman y Hawkwoman), etc. Algunas resultaron ser interesantes y entretenidas y otras fueron un auténtico bodrio aburrido.

Las de Superman y Batman quedaron buenas, sobre todo la que versión en que el Hombre de Acero se obsesiona con erradicar del mundo las armas nucleares, o la de Batman a punto de ser ejecutado por haber “asesinado” al Pinguino; y las de las Ligas de Giffen, divertidas (y ridículas) hasta decir basta. Pero las del HawkMan o las de Legion 91, uf, insufribles.

A estas alturas todos sabemos el final de la historia, Hawk, el ex Titán, resultaba ser Monarca, a pesar de que mis dardos en ese entonces apuntaban al Captain Atom. Quizás ahora algunas de las historias de esta saga han envejecido bien y otras no, pero reconozco que ese entonces entré redondito en el jueguito y leí con mucho interés número a número intrigado acerca de quién era Monarca. No había Internet ni scan así o te las comprabas o te la prestaban… o lo que era peor, te la contaban con final sin que lo preguntaras. La primera vez me leí el primer especial, un par de anuales y segundo especial en formato Zinco, y aún así disfruté a concho la historia. Cuando la tuve completa, fue una gozada, a pesar de los bodrios que hay entremedio. De la saga que vino después, Armageddon Alien Agenda, ni hablo porque es una verdadera mierda.

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