¡¡¡¡LLAMAS A MI!!!

Después de un atraso que me tenía consumido en la tragedia, llegaron las nuevas entregas de Panini, con el aliciente de que ahora no llegan las cuatro de un paraguazo. Al fin, después de la “decepción” del primer número de Ultimate Fantastic Four, debo reconocer que me enganchó bastante este segundo número, a pesar de la portada tan penca que no me dice nada (¿No había una mejor idea para hacer de portada? Tengo entendido que las portadas Ultimate son de esa talla).

La cosa es que esta idea Ultimate es sobrecogedoramente buena. Sin hacer crisis ni inventos extraños, Marvel opta por hacer nuevas versiones de sus personajes más emblemáticos. A estas alturas, según mis fuentes expertas en Marvel, actualmente existe un universo Ultimate muy consolidado que ya rivaliza con el tradicional. Yo, que no he sido un seguidor de la Marvel salvo por cosas que han llegado a los kioscos de Vid, Columbra/Símbolo (Argentina) o Comics Forum de España, me encuentro con la posibilidad de arrancar de cero con personajes que siempre me han gustado. Los Cuatro Fantásticos, la “sagrada familia” de la Marvel siempre me pareció como una historia de superhéroes pura, icónica, mágica, la que a través de los años no pude seguir. Lo cierto es que estos cuatro personajes, la historia de los rayos cósmicos, Galactus, etc., me despertaron siempre muchas simpatías.

El primer número de U F4 no me dejó muy entusiasmado. Estas versiones más “lolas” de los personajes me dejaron algo frío. O sea, me sentí totalmente fuera del público objetivo a la que aparentemente apunta la serie. Pero sería un error guiarme por esa sensación. Este segundo tomo nos entrega una historia fresca, muy buena contada y a un buen ritmo el “nuevo” origen de la “sagrada familia”. Ya no hay nave espacial, no hay rayos cósmicos. Ahora es la “zona negativa”.

El guión Brian Michael Bendis y Mark Millar y los geniales lápices de Adam Kubert ofrecen una versión a mi gusto lograda de los personajes que ya conocemos, salvando la distancia de las edades (Igual me hubiera gustado el doctor Richards con las canitas). Vemos que Reed ha dado en el clavo con su sueño científico, gracias a la ayuda de su "amigo", lo que se convertirá en el hecho que gatillará las transformaciones de los personajes. Nos muestra, además, a las nuevas versiones de lo que serán dos villanos, remozadas para los nuevos tiempos. O sea, ocuurre la primera aparición de Victor von Damme (Bwa aha ha) y Arthur Molekevic, el Topo y vemos que Reed y Sue ya están con arrurús.

No sé, hay poco que decir hasta el momento, salvo que el balance es alto a pesar de algunos detalles menores que me dejaron frío, como que Ben y Jhonny están ahí frente a la máquina junto al equipo de los genios, Reed, Vícto y Sue. Bué.

Será bueno hacer una crítica acabada cuando la serie arranque de a de veras. El origen ya es interesante de por sí, pero quiero ver a The Thing diciendo “Es hora de las tortas” o a The Torch gritando “Llamas a mí”.