
La primera resultó ser una experiencia no muy feliz. En cambio la segunda, escrita por Neil Gaiman como algo “fuera” de la continuidad, se configura como unas de las historias más hermosas que se han escrito en torno a Batman. Se supone que tiene conexión con la Crisis final y Batman R.I.P. pero en el fondo da lo mismo.
El velatorio de un fallecido Batman se transforma en la epopeya que despide al mejor detective del mundo en una historia que fue publicada originalmente en las revistas USA Batman 686 y Detective Comics 853; y que Planeta editó en un inmejorable tomo de tapa cartoné. Es que sin duda este capítulo se merecía tener este tratamiento gráfico en su versión en castellano, por el vigoroso guión y el fantástico dibujo de Andy Kubert.

En la introducción el mismo Gaiman es quien hace un paralelo con una de las obras maestras de Alan Moore relacionadas con Superman: ¿Qué sucedió con el hombre del mañana? Y no deja de ser curioso, porque cuando la leí originalmente en inglés recordé de inmediato ese clásico relato del azuloso, el que despedía la versión de la edad de plata del personaje tras la Crisis original. Claro, en esta ocasión el contexto no era el mismo, pero en la Crisis Final Batman “moría” y era necesario un discurso de despedida de esta etapa.
Este tomito es un deber para los fans del murciélago que hoy está perdido en el tiempo. Vale la pena tenerlo en el estante junto a otras joyas de bativigilante. En esa.
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